La Plaza del Campo de Siena es acaso la plaza más hermosa del mundo, con su Torre del Mangia. ¡Qué espectáculo! Además, acoge la tradicional carrera de caballos del Palio. Antes de la carrera, en la contrada de la Torre son meses y meses de ejercitar los tambores. Y desde la mañana, muy temprano, i senesi de todas las edades manifiestan su orgullo de pertenecer a una contrada y desfilan cantando.
La contrada de la Torre en la ciudad más bella del mundo
Uno de los capitanes de Rómulo fundó Siena según la leyenda. Pero su historia es densa de acontecimientos, rica de símbolos y un humor innato. La característica de i senesi es su pertenencia a una de las 17 contradas, que son subdivisiones históricas de Siena. Alrededor de Plaza del Campo, encuentras las cafeterías Nannini. Una representante de la misma familia, la cantante Gianna Nannini, es una contradaiola declarada de la Oca, rival acérrima de la Torre. El jockey Trecciolino (Luigi Bruschelli) defendió los colores de la Oca para ganar el Palio en 1996, 1998 y 1999. A este jockey lo reconocen por sus tácticas como el “titiritero de la contrada y los jockeys”. Después siguió ganando carreras, pero con los colores de otras contradas.
Al fin y al cabo, il Trecciolino venció con la Torre el 16 de agosto de 2005, en el Palio dell’Assunta. En esa ocasión, los artesanos de la lana que habitaron la zona de la contrada quizás celebraron en alguna dimensión desconocida. Asimismo, los que producían y comercializaban productos alimenticios. La Via di Salicotto era el lugar donde podían acceder a los almacenes de sal, debajo del histórico Palacio Pubblico. El Salicotto era cocer chorizos con especias y hierbas, después salarlos y secarlos. La contrada de la Torre tiene como emblema un elefante con funda roja llevando una cruz blanca. La torre está sobre su lomo, coronada por un banderín rojo con otra cruz blanca. El emblema asemeja al ornamento de la estatua de “Elephant and Castle” en Londres. Esta imagen apareció en Inglaterra un poco antes de la llegada de Colón a América.
El Palio de Siena
Los colores de Siena son el blanco y negro. Después de la peste del 1348, Siena pasó a ser una cápsula del tiempo. La ciudad mantuvo la arquitectura y arte del medievo italiano en todo su esplendor. Su Duomo, hecho de mármoles blancos y verdes, comprende un piso esculpido con imágenes, incluyendo a Hermes Trimegisto. Pero entretanto, vuelves y vuelves a oír conversaciones sobre las posibilidades del caballo vencedor en el Palio que se aproxima. Y en el día del Palio, bendicen a los caballos y rezan con una ceremonia íntima y profunda. Luego, dirigen sus pasos hacia la plaza del Duomo. Desde allí, hacen el corteo antes de la carrera. En la Piazza del Campo, cada jockey larga su caballo con violencia, y se oye un griterío atronador mientras dan vueltas alrededor.
La rivalidad de dos contradas
Así, los tambores marcan el ritmo, y en las calles los contradaioli desfilan con sus cantos, moviendo las banderas. El enfrentamiento y rivalidad entre las contradas de la Torre y la Oca es descomunal. En 1930, la Torre recibió en suerte a un caballo muy veloz, el Burattino. Entonces, surgió el sueño de vencer después de veinte años. Pero todo se vio frustrado por una suerte de enredo que armó la Oca con los jinetes. La Torre lo sintió como una traición inmensa. Al final, nada más contar sobre un senese sentado y mirando el atardecer. Él lloraba acremente porque el caballo de la contrada de la Torre perdió en la carrera. Y por lo visto ese caballo era el favorito, después de una eternidad que la contrada no vencía el Palio. Sin embargo, lloraban también de alegría los del caballo vencedor, que eran de la contrada de la Oca.
¡Esta nota me encantó! Sueño con alguna vez estar presente en el Palio di Siena 🙂