“El que no lee, a los 70 años habrá vivido solo una vida. Quien lee habrá vivido 5.000 años. La lectura es una inmortalidad hacia atrás”, declaró alguna vez el semiólogo piemontés Umberto Eco. Cada 23 de abril se recuerda un nuevo aniversario de los fallecimientos de William Shakespeare, Miguel de Cervantes Saavedra e Inca Garcilaso de la Vega. Los tres murieron no solamente el mismo día sino también el mismo año, 1616. Por eso, el 23 de abril se instauró internacionalmente como el Día del Libro y los Derechos de Autor. El Día del Libro es una fecha para honrar a estos grandes autores y a todos los que, con sus letras, acompañaron nuestras vidas.
El libro, un puente entre generaciones y culturas
Los libros son un puente, una conexión entre distintas generaciones, culturas, lenguas y sociedades. Ellos también incentivan ese vínculo tan especial que se da entre un escritor y sus lectores. El libro es un instrumento que achica las distancias temporales, espaciales y sociales. Poder acceder a la lectura, según la UNESCO, impulsora del Día del Libro, no debería ser un privilegio, sino un derecho. Por eso, este día no solamente se les rinde homenaje a los libros sino también a sus autores. Durante esta fecha, uno de los principales objetivos es fomentar el acceso a la lectura para el mayor número posible de personas. Con esto, se contribuye a lograr una sociedad más justa y equitativa donde las brechas educacionales sean cada vez más pequeñas.
Inca Garcilaso de la Vega, Shakespeare y Miguel de Cervantes, cruciales en la literatura universal
William Shakespeare, Inca Garcilaso de la Vega y Miguel de Cervantes Saavedra fueron los creadores de piezas literarias que son patrimonio cultural de la humanidad. Cada una de ellas es fiel representante de los valores de una sociedad en un cierto tiempo cronológico o histórico. Sin embargo, fue tal la relevancia de las obras de estos tres autores que aún hoy, más de 400 años después de su muerte, se continúan estudiando en academias y universidades. Pero también, estas obras circulan en circuitos más pequeños e íntimos: las bibliotecas familiares, de los barrios o las escuelas primarias y secundarias. Gracias a ellas, padres y maestros le inculcan a los más pequeños el valor de la lectura y el placer de disfrutar de la compañía de un libro.
Foto de José Barbosa: https://www.pexels.com/es-es/foto/blanco-y-negro-punto-de-referencia-historico-estatua-6178403/, via Wikimedia Commons
Y por casa, ¿cómo andamos?
Si hablamos de la importancia de la literatura no podemos obviar la figura de Dante Alighieri. Il sommo poeta, fue el creador de la Divina Comedia, una de las obras más bellas de la literatura universal. Cuando comenzó a escribirla, el idioma oficial de los libros era el latín. Pero Dante tomó una decisión que cambiaría la historia de la lengua italiana para siempre: escribió su obra en dialecto toscano. Así, difundió el idioma italiano por todo el mundo. Por esto, Dante es conocido como el padre de la lengua italiana. A la hora de hablar de libros, Chile tampoco se queda atrás. Recientemente, Isabel Allende quedó en el podio de los autores más traducidos del español a otros idiomas. Además, es la única mujer. ¿Tienes algún libro preferido? Cuéntanos en los comentarios.
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