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Navegando hacia Génova: una persona, dos sangres

Journey

En las empedradas calles de Valparaíso, entre el murmullo del Pacífico y la brisa salina que acaricia los cerros coloridos, nace una historia que se teje entre dos mundos distantes pero unidos por la sangre y la herencia. En el corazón de una descendiente italiana, aflora el deseo de explorar sus raíces, de navegar a través del tiempo y el espacio para reconectar con la tierra que vio nacer a sus antepasados. Este relato nos invita a embarcarnos en un viaje lleno de emociones y descubrimientos, desde las costas chilenas de Valparaíso hasta el cálido abrazo de Génova en Italia. A medida que la brújula señala hacia el norte, la protagonista se sumerge en un viaje que va más allá de la geografía, explorando su identidad y la conexión perdurable entre dos tierras que, aunque separadas por océanos, laten al unísono en su corazón. En cada puerto y cada encuentro, esta travesía se convierte en un testimonio de las historias entrelazadas que han dado forma a su existencia, llevándola a descubrir la riqueza de su legado italiano mientras se sumerge en los paisajes, sabores y emociones que definen este viaje único. En cada puerto, en cada página de esta odisea, Carmen Ariete de Valparaíso a Génova teje una narrativa que trasciende las fronteras físicas y nos recuerda la poderosa influencia del pasado en la construcción de nuestro presente.

Al encuentro de mi padre

“Un 16 noviembre 1973, cincuenta años atrás, dejaba Chile para ir al encuentro de mi padre, que de un par de años se había regresado a su patria y quiso, cada día allá, mientras estuvimos separados, que yo fuera a acompañarlo y a conocer su tierra, nuestra historia y la mia famiglia en Italia.
Embarcada en la M/N Donizetti, de la otrora gloriosa ITALMAR, zarpamos ese día desde Valparaíso. Esa nave, la misma cabina, mismas vicisitudes familiares repetidas allá y acá, sería también el inicio de una historia de fratellanza, oltre oceano con Stella, que perdura hasta hoy”.

Architecture
Valparaíso.

“Durante un mes, la noble nave se adentraría en el Océano Pacífico, sin nunca alejarse demasiado de la costa, porque debía tocar los varios puertos sudamericanos, antes de cruzar el canal de Panamá.
Cada día, cual Carmela de San Rosendo… ¡oh oh! Agrupados los oriundos de Chile, por Carmelo DD, del personale di bordo, también cantante, insomma tuttofare, que nos bautizó como la Guevons’ Troupe. Nuevos sabores, nuevas costumbres, nuevos mares, nueva música… “Marina Marina Marina ti voglio al più presto sposar”.

Collage Completo
Imágenes de la travesía. Última imagen inferior derecha, Vincenzo Ariete, padre de Carmen, la autora del texto. Autor: Carmen Ariete.

“Y así, puerto tras puerto, luego de ese inolvidable cruce, la vecchia cara Donizetti, se zambulló en el mar Caribe, donde experimentamos los primeros sobresaltos, sentados atrevidamente en la popa, con la nave encordelada, y veíamos como el oleaje la levantaba tanto q podíamos ver la proa, luego se hundía y volvía a elevarse. Por último, Curazao, deslumbrada de cruzar bajo un puente que se elevó para permitirnos pasar”.
“Y luego largos días atisbando el horizonte, casi con la misma ansiedad de Cristoforo Colombo, pero al revés, en medio del Atlántico, en pos de un nuevo mundo. Durante esos 30 días navegando, hasta llegar a Génova, creo que crecí apurada, empezando a vivir experiencias nunca imaginadas, solo el inicio de vicisitudes por venir, en un mundo con códigos tan distintos al país que dejaba atrás”.

Genoa
Génova.

“Mi padre, una por una, me llevaría a conocer alle sue sorelle, mis preciosas tías Maria, Rosina, Luigia, Peppina, Giovanna, a suo fratello Paolo y tuve el privilegio, de su mano, también de conocer a sus familias, pasando a integrarme formalmente a la descendencia de mis nonos Santo Ariete y Carmela Viola, que no tuve la bendición de conocer. De su mano, pasearíamos tanto. Lo más entrañable sería pisar sus barrios romanos, tarareando sus stornelli, esos que dejó atrás después de la guerra, para venir “in America”.

Su bella Roma, que luego sería nuestra bella Roma. Y así me convertí en una de tantas personas con dos sangres, dividida, inquieta, de alguna forma, incompleta allá o acá”.

Te recomendamos leer la historia de don Vincenzo Ariete en el siguiente link: El legado de Vincenzo Ariete en palabras de su hija.

Texto original: Carmen Ariete.

Navegando hacia Génova: una persona, dos sangres ultima modifica: 2023-12-09T20:07:12-03:00 da Mirtha Aldunce

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